30/10/10

Sueños lúcidos


Jung concede una importancia fundamental a la interpretación de los sueños, como especie de mitología camuflada en el hombre. Los sueños representan para Jung un lenguaje lleno de mensajes coherentes y lleno de posibilidades creativas, y más aún cuando están libres de las leyes causales y del tiempo. Hay que decir que fue a partir de los propios sueños y visiones de Jung como llegó a la concepción del inconsciente colectivo. El había tratado vanamente de interpretar sus sueños en términos freudianos.
En los sueños encuentran los psicólogos jungianos no solo la actividad de los complejos específicos del inconsciente personal, sino también una función prospectiva de anticipación de posibles vías creativas de solución a los problemas. Esto es así porque en ellos se representan los símbolos derivados de los arquetipos como problemas a los que se enfrentaron muchas generaciones anteriores de hombre y mujeres en la historia de la humanidad. Por lo tanto la función de los sueños es presentar de manera inconsciente tanto los problemas como las posibles soluciones a los que se enfrenta el sujeto.
En los sueños, como en la actividad artística, operan en su formación una serie de mecanismos inconscientes comunes (Rubino, 1995). Por una parte está la "condensación" donde se fusionan varias realidades formando un conjunto de significado. Otro mecanismo es el "desplazamiento" donde núcleos de imágenes primarias y mas importantes quedan relegadas por elementos secundarios que reciben la atención en lugar de los primeros, en forma de expresiones disfrazadas. Gracias a estos disfraces pueden hacerse conscientes elementos de la libido que de otra manera serian reprimidos o rechazados por la conciencia. La "Sombra" es la parte de la pulsión libidinal que no es asumida vivencialmente por la conciencia, por entrar en contraste y no armonía con la dirección consciente elegida en la vida, con los intereses conscientes. El "alter ego", el otro yo o la personalidad oculta está en la sombra. La sombra aparece en el contenido latente (expresión de Freud) del sueño, en su parte ocultada y también en las obras de arte (p.e Fausto de Goethe, El retrato de Dorian Gray de Óscar Wilde, El misterioso caso del Dr. Jekill y Mr. Hyde de Stevenson). Gracias al desplazamiento la vivencia de la sombra puede ser proyectada en el sueño y la obra de arte.
Autores:
Juan Ruiz Sánchez
Juan J. Imbernón González
Francisca Barbudo Antolí
José E. Luján Jiménez
Manuel Pérez Cámara
De Interpretaciones en psicoterapia.

Existen métodos y maneras para poder controlar los sueños.
Los chamanes de todas las culturas han asegurado desde siempre que un buen soñador es alguien con suerte, es decir con un buen destino. Con ello estarían asegurando que es necesario soñar, y sobre todo, saber soñar.
Cosa bien distinta es interpretar el significado de un sueño. De hecho hay dos maneras de hacerlo: una responde al método empleado por el psicoanálisis y otras escuelas psicológicas, que te hablará de ti mismo y de lo que te está sucediendo; y la otra es predictiva u oracular, es decir: sueños que hablan del futuro.
Pero cuando hablo de saber soñar, me estoy refiriendo a otra cosa. Me refiero a la capacidad adquirida de generar imágenes oníricas a voluntad, cosa bien diferente del sueño REM, donde la actividad es incontrolada y se da en estado de inconsciencia. Aquí hablamos de soñar en estado consciente. No confundir con el típico ejercicio de imaginación guiada dnde imaginamos un paisaje maravilloso, nos concentramos en una escena X y nos dejarnos llevar. En el caso del sueño lúcido las imágenes surjen de manera espontánea, con un adecuado entrenamiento, los resultados pueden llegar a ser sorprendentes. Y muy sanadores.
Sin embargo -siempre hay un "sin embargo" en estas cosas- ese entrenamiento al que aludo no es cosa de dos días, ni de tres, ni siquiera es cosas de semanas. Puede llevar años, intención y una lenta aunque persistente apertura hacia el mundo espiritual. Que no es ni magia ni esoterismo. Es lo que en el fondo somos todos: seres espirituales encarnados en un cuerpo que nos sirve de vehículo para movernos por el mundo.
Más allá del mundo, y más acá de nosotros mismos, el sueño lúcido es posible. Señal de que nuestra mente -o más bien nuestra conciencia- puede entrenarse.
También se trata de oir la voz de la intuición y sobre todo, de pedirle al Ángel Guardián del Sueño -yo le llamo así, vosotros podeis llamarle como querais- que nos revele lo que tenga que revelar. Hacerlo con humildad y una verdadera fe, despojada de toda espectativa, lo hará más fácil. No olvidar jamás solicitar a nuestro ángel suavidad en lo revelado, para que no nos muestre más de lo que somos capaces de soportar.
La verdad revelada por el sueño lúcido nos dará respuestas a muchas de nuestras preguntas.
Habiendo llegado a la experiencia del sueño lúcido, es posible que después no sepamos cómo interpretar lo revelado. Tranquil©s. En ese caso, yo aconsejo la consulta a un especialista, o la llamada de la intuición. Pero si no tienes el suficiente entrenamiento o desarrollo espiritual, es posible que te confundas y necesites una guía. En ese caso: búscala. El sueño lúcido es un pasaporte a la puerta de acceso a tu espíritu.
Yo, personalmente, tengo desde pequeña una habilidad natural para el sueño lúcido y además me he entrenado con hipnosis, imaginación guiada, mucha meditación y técnicas de chamanismo. En la medida en que lo vayas consiguiendo, surgirán nuevas preguntas y se renovará tu entusiasmo por acceder a esa modalidad de sueño, y tras haberlo conseguido, aprender a permenecer en él e interpretar su mensaje.
Mucha suerte, soñadores.

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